Si hay un lugar en León conocido por sus bodegas y cuevas ese es Valdevimbre, un pequeño pueblo leonés famoso por sus vinos y donde se encuentra la bodega La Cueva del Cura, restaurante donde podrás disfrutar de la experiencia de comer en una cueva y disfrutar con la comida tradicional leonesa.
Valdevimbre es un municipio que se encuentra a pocos km de la capital de la provincia, a escasos 15 minutos en coche de León, en la comarca de El Páramo, y donde se producen vinos Prieto Picudo. En realidad esta es la uva principal de los vinos de la zona, que abarca municipios de León y algunos de Valladolid, y los cuales disponen denominación de origen D.O. Tierra de León.

Vale vale, ya te he puesto en contexto, la bodega de hoy está en zona de tradición vinícola y al sur de la ciudad de León.
Solo un apunte más, debido a su historia ligada al vino, en este municipio existen multitud de cuevas, algunas construidas hace más de 500 años, que en su día se utilizaban para la elaboración y conservación del vino, auténticas bodegas. Hoy podemos disfrutar de ellas como restaurantes perfectamente adaptados y donde veremos pasadizos, galerías y recovecos. En la actualidad existen más de 300 cuevas catalogadas, en distinto tipo de conservación y usos.
Ficha de la bodega
- Nombre del Restaurante: La Cueva del Cura
- Especialidad de la casa: Platos tradicionales con predominación de embutidos y carnes a la parrilla. Además el vino será Prieto Picudo elaborado en la propia casa.
- Recomiendo la tortilla guisada y sus mollejas. La carne toda de muy buena calidad.
- Dirección: Calle de Manuel Cadenas, s/n, 24230 Valdevimbre, León
- Página web: http://www.lacuevadelcura.es/
- Facebook: https://www.facebook.com/lacuevadelcura/
- Teléfono: 987 30 40 37
- Precio medio: 20-25€
- Necesaria reserva: No suele ser necesario, pero depende del momento en que vayas, te recomiendo llamar.

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7.8/10
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8.5/10
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Visita y fotos de La Cueva del Cura
La visita se produjo a finales de febrero de 2018, mi hermana cumple años por estas fechas y viene siendo tradición ya encontrarnos toda la family (así se llama nuestro grupo del whatsapp) en Valdevimbre para irnos de comilona.
Al medio día, y más entre semana como era el caso, no hay problemas de aparcamiento, pero si piensas ir un sábado por la noche piensa que a los leoneses nos gusta mucho el plan de cenita en bodegas con amigos, ahí lo dejo. En verano te pasará un poco igual, habrá más gente y tendrás que dar alguna vuelta por el pueblo.
Lo primero de todo fue quedar en un bar cercano y tomar unos vinos de la tierra con unas tapas para ir abriendo boca.
A continuación nos dirigimos a la bodega, fuimos 6 esta vez, ya que se nos unió mi prima expatriada en Manchester a mis padres mi hermana, su novio y a mí.
Nos llevaron a nuestra mesa a través de los pasadizos de la cueva, una maravilla poder disfrutar de la atmósfera que crea el lugar.
¿No te encantan estas galerías?
La decoración es el propio lugar, la cueva. Ambiente rústico a madera y piedra, luz de baja intensidad que ayudan a un mayor confort. En verano ayudará a combatir las altas temperatura. Yo comencé con un poco de frío a pesar de ir abrigado, seguramente estuviera algo destemplado ya que el resto estaban bien, eso sí, a medida que tomaba vino y empezaba a comer se me iba subiendo la temperatura.

Llegados a nuestra mesa nos dispusimos a revisar la carta y elegir los platos. Por supuesto, carnes y vino prieto picudo de la casa, si eres el conductor se te permite que pidas agua. Puede que no sea el mejor vino del mundo, pero cuando estás en un lugar en el que elaboran un producto, casi tienes la obligación de probarlo.
Nuestra idea en estas bodegas siempre es pedir platos para compartir. Échale un ojo a su carta en este enlace.
En esta ocasión empezamos por una morcilla de León que básicamente es sangre y cebolla, diferenciándose de la de Burgos en que es más líquida porque no lleva arroz. Está genial para empezar a picotear acompañándote con pan.
También pedimos media tortilla guisada, que es una tortilla de patata acompañada de una salsa de tomate con pimientos guisados y un pelín de picante. Está muy muy buena. Menos mal que según estábamos pidiendo preguntamos cómo íbamos para no pasarnos, la camarera súper maja nos aconsejó a la perfección. Con esta cantidad pudimos probar todos varios trozos.


Tampoco podía faltar un plato de mollejas guisadas, simplemente están de muerte, creo que fue mi plato favorito del día.
Además pedimos una ración de pulpo a la gallega.


Continuamos con las carnes.
Pedimos una bandeja de chuletillas de lechazo, otra de churrasco de carne roja y una última de solomillo de carne roja. Todos estos platos de carnes vienen acompañados de guarnición con patatas fritas y pimientos.
Carne hecha al punto y a la brasa, especialidad de la casa, muy tierna toda la carne y con mucho sabor. Puedes ver cómo las hacen desde uno de los pasillos de la bodega.
Me encantan esa sal grande en escamas añadida al final, ¿a ti no?



Después de todo lo comido estábamos satisfechos pero como estábamos de celebración nos permitimos pecar un poco más.
Llegó la hora de los postres.
Café, flan de nata, canutillos de mercedes y leche frita.
Todo muy bueno.




La visita a La Cueva del Cura estuvo genial, la luz tenue de la cueva, las paredes y la comida, hacen de este lugar un sitio ideal para pasar un buen rato disfrutando de una comida entre amigos y familia.
En otras visitas anteriores variamos algunos platos y también obtuvimos un resultado estupendo. Por ejemplo unos pimientos rellenos de bacalao, callos o una ración de embutidos donde destaca la cecina.





